martes, 6 de diciembre de 2011

Aftermath (1993)

Una vez mas le doy la oportunidad a España para que me haga cambiar de opinión con respecto a sus películas. La última vez los insulte a mas no poder, en esta ocasión... digamos que algo bueno puedo rescatar.
"Aftermath" es un cortometraje que sin ninguna explicación y nulo diálogo nos presenta una escena de necrofilia bastante explícita.
No sabemos el por que y todo concluye en la locura de un forense que obviamente tiene problemitas y de tanto pasar el tiempo amasando rellenos y visualizando la anatomía humana, un día se le presenta el cadáver de una mujer y bueno... el hombre se tentó.
En apenas media hora este corto nos ofrece una buena dosis de tripas, sangre, y secuencias bastante bizarras que llegan a rozar ese humor negro que casi siempre tenemos presente en este subgénero.
Sin embargo y a pesar de que todo eso es un combo bien completo que a cualquier aficionado al gore como vos y yo nos tendría que dejar contentos, deja una sensación de que le falto algo, y creo que ese algo fue duración.
Es un tema que garpa, mas si lo van a mostrar con lujo de detalles, por que perderse la oportunidad de retorcerle el estómago a mas de uno? La idea estaba buena y la llevaron a cabo de una manera correcta. Treinta minutos es muy poco tiempo para plasmarla en un simple cortometraje, esto tendría que haber sido una película, tendríamos que haber visto mas secuencias de lo mismo, meternos en esa mente tan enferma del forense necrófilo que por fin cumple su insana fantasía, y un director que se anima a meternos por los ojos una escena de tamaño impacto.
No obstante, siempre se agradecen este tipo de obras que, en este caso, a pesar de faltarle desarrollo se arriesgan con todo y el resultado es satisfactorio.
Bien por el señor Nacho Cerdá que hizo que España subiera un escalón en mi lista y ahora tengo un corto de ese país que puedo decir, vale la pena mirar.



Sinopsis: Cuenta la historia de un médico forense que se entretiene llevándose organos de los cadáveres a su casa para dar de comer a su perro y cuando la situación se lo permite, entregándose a brutales actos de necrofilia con los restos abiertos en canal de las muertas que están siendo sometidas a autopsias.

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