domingo, 10 de marzo de 2013

La serpiente y el arco iris (1988)


De alguna manera ésta película me retro-trae a mis días de secundaria cuando en una charla sin fines productivos uno de mis profesores nos contó sobre los chamanes, la brujería y no se que otras cosas de similares condiciones. Siendo éste hombre algo escéptico es raro que se tome en serio ciertas cosas y una de ellas fue el tema de los zombies.

No los zombies a lo Romero, ni éstos que evolucionaron y terminaron dejando una serie que dios vaya a saber cuando se va a terminar de una vez por todas. Sino de unos zombies reales, que no comen cerebros, que no atacan (al menos no por voluntad) y que no precisamente tienen que ser una amenaza; algo al estilo "Fido" pero no me quiero salir tanto de tema.

Éstos zombies de los que habló el educador eran personas muertas que seguían caminando sin dejar de estar muertas, estaban controladas por la supuesta magia negra y no hacían nada a voluntad, como cuando uno se levanta a la mañana y hace todo por rutina (porque el sueño no te deja pensar). 

La serpiente y el arco iris habla precisamente de ésto, del vudú, la magia negra, de los zombies reales y una historia supuestamente cierta con Bill Pullman en un papel que yo hubiera pensado dos veces antes de dárselo. No porque sea mal actor (tampoco es una maravilla) sino porque me da la sensación de comedia, y podrá funcionar en otros casos pero no acá donde hay que poner intención de creerse lo que pasó y esta pasando, no obstante tampoco es que el Sr. Pullman haya hecho tantos desastres, podría haber sido peor.

En tanto el film toca un tema interesante y no termina de agradar pero tampoco de aburrir, hay escenas un poco salidas de órbita que generan la duda de si es todo parte de un gran delirio del protagonista o pertenece a la ambigüedad que intenta expresar toda la historia en general. Porque no es tan complicado entender el asunto en cuestión, pero si te interesa el tema te podes involucrar lo suficiente como para tener mil y un interpretaciones al respecto. Es mi caso, me interesa y no me dejó del todo convencida.

Por otra parte y aunque Craven no sea santo de mi devoción (aunque tampoco me desagrada) podría ser ésta una de sus mejores obras, y no digo la mejor porque no tengo vista su filmografía completa pero tuvo ganas de experimentar con un tema que se toca frecuentemente (la brujería) con uno hiper explotado (los zombies) y darlo a conocer desde sus raíces porque como sabemos, toda película de terror tiene base verídica, el resto va por cuenta del director y/o guionista. Es una alegría enorme que los zombies no sean los zombies del cine, así como también es una alegría que no se haya hecho abuso de ellos en esta peli.

Sin embargo y no se si ésto sea una crítica destructiva como me gusta hacer con los finales, el desenlace es un desastre bastante molesto que empieza a desagradar desde los efectos mal hechos hasta la idea de que es un "final feliz". Pero si tenemos en cuenta que a medida que van transcurriendo los hechos son pocas las opciones que hay para terminar, que eligieron no precisamente la mejor pero tampoco la peor (que sigo pensando como hubiera sido) y que vuelvo a hacer hincapié en el uso correcto de los muertos vivientes, podría decir que lo dejo pasar, no por mi infinita misericordia (me pongo sarcástica, si) sino porque sigo encantada con ver zombies saliendo del estereotipo habitual.

*Nota aparte: la escena del entierro del protagonista es el terror de cualquier aracnofóbico, grupo que, seguramente, encabezo yo.*



Sinopsis: un antropólogo de Harvard es enviado a Haití para investigar sobre unos extraños polvos de magia negra, de los cuales se dice que tienen el poder de salvar vidas que van hacia la muerte. En esta búsqueda por encontrar la milagrosa droga, los científicos cínicos desaprueban la rara visión jamás vista de la existencia de zombies y ritos sangrientos.